LA RAZÓN DE HONRAR: DIOS SIEMPRE VA A ESTAR
- Ps. Carlos Gonzalez

- hace 6 días
- 4 Min. de lectura
Honrar no nace de la perfección, nace del reconocimiento. Es el eco humilde de un corazón que todavía está en proceso, pero que ha entendido algo decisivo: Dios no espera a que todo esté en orden para aparecer, Él se presenta justo donde la vida se siente más rota.

Génesis 28 nos muestra a un Jacob lejos de su mejor temporada. No está en un momento de estabilidad, está huyendo. No está en un lugar santo, está en el desierto. No está viviendo victoria, está atravesando crisis. Su historia no arranca en un altar cuidadosamente construído, sino en un suelo duro que apenas puede llamarse refugio.
Jacob no estaba buscando a Dios…pero Dios sí estaba buscando a Jacob.
Esto último revela una verdad vital para quienes estamos intentando navegar nuestras propias incertidumbres: la gracia no se anuncia a los perfectos, sino a los que caminan con pasos torpes hacia un futuro incierto. Es ahí, en lo imperfecto, donde Dios elige presentarse.
En ese terreno sin glamour y sin garantías, Dios lanza una promesa triple sobre Jacob:
Presencia asegurada: “Yo estoy contigo.”
Protección constante: “Te guardaré.”
Propósito cumplido: “No te dejaré hasta terminar.”
Génesis 28:15“ Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas…No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo que te he prometido.”
La reacción de Jacob no es la de un hombre que tiene todo resuelto. Es la de alguien que, por primera vez, entiende que no está solo. Por eso hace un voto que se volverá clave en la historia espiritual de generaciones:
Génesis 28:22 “Y esta piedra que levanté como columna conmemorativa será un lugar de adoración a Dios, y yo le daré a Dios una décima parte de todo lo que él me dé.”
No es una negociación. Es una respuesta. Es la manera en que Jacob declara: “Tú eres mi prioridad.”
Ese voto nació en el desorden. Y esa es la esencia misma de la honra: no surge cuando la vida está perfectamente alineada, sino cuando reconocemos que Dios sigue presente aun en medio del caos.
TRES REFLEXIONES
1. JACOB NO TENÍA EL CONTROL, SOLO TENÍA UNA REVELACIÓN: DIOS VA A ESTAR.
Todo ser humano desea un plan perfecto, pero lo que Dios le dio a Jacob fue algo más valioso: Su Presencia y la certeza de que no caminaría solo.
Para avanzar no necesitas saber con exactitud a dónde vas; basta con saber Quién va contigo. El paso de fe casi nunca es elegante. Pero siempre es suficiente para seguir avanzando.
2. QUIZÁ TU PASO ES INCIERTO, PERO DIOS ES VERDADERO.
Jacob prometió su primera ofrenda sin tierra, sin ganado, sin respaldo financiero y sin evidencia de que su futuro sería estable.
Su primer acto de honra no fue dar un recurso, sino reconocer un principio: “Mi seguridad no está en lo que tengo, sino en Quién me sostiene.” Honrar a Dios en medio de la incertidumbre es confesar que Él es primero, aun cuando tú sientas que estás en último lugar.
Dios no siempre pedirá un plan…pero siempre pedirá un paso.
Ese paso se verá torpe, tambaleante, a veces contradictorio. Pero abrir el camino.
3. LA RAZÓN DE LA HONRA: DIOS SIEMPRE VA A ESTAR.
Esta es la raíz:
Honramos porque Dios permanece.
Damos porque Dios no cambia.
Servimos porque Dios sigue aquí.
Cuando entiendes que Dios estuvo en tu pasado y estará en tu mañana, el hoy deja de intimidarte. Puedes dar sin temor. Puedes servir sin reservas. Puedes confiar sin excusas.
No honramos porque todo está bien. Honramos porque Dios está presente.
CONCLUSIÓN
La decisión de Jacob se vuelve un faro para nosotros. El diezmo no nació como una carga legalista ni como un sistema de intercambio. Nació como la respuesta íntima de un hombre que encontró a Dios en el desorden.
Jacob entendió que la honra es relacional, voluntaria y profundamente espiritual.
Ese acto individual terminó moldeando una cultura completa. A través de los siglos, el diezmo sería la forma en que la obra de Dios se sostendría. Pero todo comenzó con un corazón imperfecto que reconoció la presencia de un Dios perfecto.
Esa sigue siendo la razón de honrar: Dios siempre va a estar. Y cuando esa verdad se enciende dentro de ti, la respuesta ya no es obligación…es adoración.
ACCIÓN PRÁCTICA DEL DÍA
Antes de terminar tu jornada, toma cinco minutos y escribe esto en tu cuaderno o en tu celular: “¿Qué evidencia tengo hoy de que Dios estuvo conmigo?”
Puede ser algo pequeño, silencioso o inesperado. Hazlo conscientemente. Nombra lo que viste. Y luego responde con una acción de honra sencilla: una oración, un agradecimiento, una ayuda a alguien, o una semilla económica si estás en ese proceso.
El punto no es el tamaño del acto…es la dirección del corazón. Cuando reconoces que Dios estuvo, tu espíritu aprende a confiar en que Él seguirá estando.
ORACIÓN DEL DÍA
Señor, gracias porque Tu Presencia no depende de mi perfección. Gracias porque me buscas incluso cuando yo no sé cómo buscarte. Hoy reconozco que estás conmigo, que me guardas y que no me dejarás hasta terminar tu obra en mí.
Ayúdame a honrarte aun en los días inciertos, a darte mis pasos torpes, mi esfuerzo imperfecto y mi confianza completa. Eres mi seguridad, mi provisión y mi guía. Que mi vida sea un eco constante de gratitud y honra hacia ti. Amén.
Gracias por llegar hasta aquí, like, comenta, comparte, esto hará que el mensaje se extienda a más personas. Nos seguimos leyendo.










Comentarios