HONRAR PROSPERA, RETENER EMPOBRECE.

IDEA CENTRAL:

La vida no se expande reteniendo, sino honrando. La bendición fluye hacia quienes dejan fluir lo que Dios les confió.

Texto Base: Proverbios 11:24–25 (RVR1960) // Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.

1.- LO QUE RETIENES TE RETIENE

Texto: Marcos 10:20-22 - Maestro —respondió el hombre—, he obedecido todos esos mandamientos desde que era joven. Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. —Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo—. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones.

El instinto dice: “si guardo, me protejo.” El Reino dice: “si retienes, te encadenas.” El joven rico es la radiografía del corazón: no era dueño de sus posesiones…sus posesiones eran dueñas de él. Jesús no tocó su dinero; tocó su motivación.

Spurgeon lo expresó con filo: no es cuánto tienes, es cuánto te gobierna eso que tienes. Cada vez que alguien retiene por miedo, el miedo gana. Cada vez que sueltas en honor, la fe avanza. Las manos cerradas no pueden recibir. Cuando cierras tu mano para no perder, también la cierras para no recibir.

2.- LA GENEROSIDAD ES EL DESBORDAMIENTO DE CRISTO EN NOSOTROS

Texto: Juan 7:37-38 // El último día del festival, el más importante, Jesús se puso de pie y gritó a la multitud: «¡Todo el que tenga sed puede venir a mí! ¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva”.

Jesús no promete darnos Su vida en gotas, promete un desbordamiento de agua viva. La vida en Cristo no se acumula, se desborda.

La generosidad no nace en la cartera, ni en el calendario, nace en el corazón donde Cristo habita. La generosidad no es algo a lo que aspiramos; es el reflejo inevitable de una fuente que no se agota. La generosidad no se forza. Se libera.

Cuando Cristo vive en ti, la escasez deja de ser tu identidad y el desbordamiento se convierte en tu manera de caminar. Quien está conectado a Cristo no vive tenso tratando de retener, sino libre permitiendo que lo que Dios puso dentro se desborde para bendecir a otros.

3.- LA HONRA ABRE PUERTAS QUE EL DINERO JAMÁS PODRÍA.

Génesis 18:8–10 (NTV) // Cuando la comida estuvo lista, Abraham tomó yogur y leche, junto con la carne asada, y sirvió a los invitados. Mientras ellos comían, Abraham los atendía bajo la sombra de los árboles. ¿Dónde está Sara, tu esposa? preguntaron los visitantes. Dentro de la carpa —contestó Abraham. Entonces uno de ellos dijo: «Yo volveré a verte dentro de un año, y para ese entonces tu esposa, Sara, tendrá un hijo».

En esa mesa llena de generosidad honesta, Abraham desbloqueó una palabra profética y abrió un camino hacia una promesa imposible: “El año que viene, por ese tiempo, Sara tendrá un hijo.” V:10

Abraham no “compró” la bendición; simplemente honró a Dios, y la generosidad no se desbordó.

El dinero compra cosas, pero la generosidad abre puertas que parecen bloqueadas.

El dinero te permite avanzar, pero la honra te permite trascender hacia el futuro que Dios planeó para ti.

El dinero puede mover cosas terrenales, pero la generosidad mueve el cielo a tu favor y de tus generaciones.

FRASE DEL DÍA: "Cada vez que cierras la mano para no perder, también la cierras para no recibir."

ACCIÓN PRACTICA:

Haz hoy un acto de honra intencional. No por emoción, no por presión, sino como respuesta al Cristo que vive en ti. Sé un canal, no un depósito. Permite que lo que Dios puso en tu vida fluya hacia alguien más.

ORACIÓN:

Señor, hoy recibo tu generosidad sin miedo y sin reservas. Gracias por todo lo que has puesto en mis manos: nada de lo que das trae confusión, peso o tristeza; todo lo que viene de ti produce vida, propósito y plenitud. Haz que mi corazón sea un río abierto y no una cisterna cerrada. Llena mi interior con tu Espíritu para que fluyan ríos de libertad, gozo y obediencia. Que cada paso, cada decisión y cada acto de dar refleje tu carácter en mí. Amén.

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