LO OFRECIDO REVELA EL VALOR QUE LE DAMOS A JESÚS.
- Ps. Carlos Gonzalez

- 6 nov
- 2 Min. de lectura
IDEA CENTRAL:
María no ofreció lo que le sobraba, ofreció algo de lo más valioso que poseía.

BASE BÍBLICA: Juan 12:3b NTV “Y la casa se llenó del aroma del perfume.”
EL VINUCULO ENTRE EL HONRAR Y EL DAR
Ese aroma no solo era fragancia; era honor, era declaración y revelación del valor que Jesús tenía para ella.
El problema de muchos creyentes no es falta de generosidad, sino falta de revelación del valor y peso de Jesús en sus vidas, el cual nos lleva a honrarlo…es decir: Hacerlo ver bien en todo lo que hacemos decimos o pensamos.
OFRECER CON CORAZÓN ES MAS QUE OFRENDAR POR NEGOCIACIÓN
Por eso, cuando el pueblo de Dios ofrecía, no estaba pagando un impuesto espiritual ni cumpliendo un trámite religioso. Tomaban algo suyo y lo levantaban hacia Dios desde su corazón.
Éxodo 35:4-5 nos muestra esa dinámica: Moisés dijo: “Esto es lo que el Señor ha ordenado: junten una ofrenda sagrada para el Señor. Que todos los de corazón generoso la presenten al Señor: oro, plata, bronce…”
El texto revela tres dimensiones inseparables del verdadero ofrecer:
Acción externa: tomar y traer.
Motivación interna: movidos por un corazón generoso.
Significado espiritual: elevar a Dios lo que se ha apartado para Él.
Si lo parafraséamos en su esencia hebrea, el texto diría: “Aparten lo mejor, y el que tenga el impulso santo en su corazón, tráigalo levantado como ofrenda a YHWH.”
FRASES CLAVE:
“Nada de eso nace porque Dios necesita algo. Nace porque el corazón humano reconoce Su valor.”
“Todo acto de honra inicia dentro del hombre y termina en la gloria de Dios.”
“Cuando alguien ofrece con honra, no solo entrega un objeto; se acerca a Dios y participa en Su obra e historia.”
ORACIÓN DEL DÍA:
Señor, abre mis ojos para ver el valor de Cristo con claridad.Que mi vida no exprese sobras, sino honra.Que cada acción, palabra y pensamiento sea una ofrenda elevada hacia Ti.Quiebra el orgullo, derrite el egoísmo, y llena mi casa con Tu aroma.Jesús, mereces lo mejor, mereces todo.
ACCIÓN PRÁCTICA:
Elige algo que realmente tenga valor para ti —tiempo, recursos, atención, esfuerzo— y prepara tu corazón para ofrecerlo a Dios con honra. Hazlo conscientemente, voluntariamente, y con gratitud. No porque debas…sino porque Él lo merece.










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